martes, 9 de diciembre de 2014

Y aún no te he tocado



Al fondo, en la habitación
Sentada en el sillón, levantando la mirada
Tu jersey largo te envuelve en algodón,
tus piernas suaves, desnudas sobreviven enlazadas.  

La chimenea  arde a tu lado, llameante como yo
Y aún no te he tocado.

Ato lento mi paso hacia ti
Alfombrando el suelo a cada paso
Con la camisa, el cinturón y todo aquello de mí
que no será digno de tu ocaso

Mientras tu labio inferior sutilmente me invoca,  mordido entre tus dientes, encerrado.
Y aún no te he tocado.

Al observar como avanzo
 desanudas tus piernas,
Atropellando los latidos de mi interior,
Desbaratando mi caminar seguro,
Sudando, abrasado de calor me tientas
Asfixiado aunque esté ya semidesnudo

Cada latido, cada paso, un poco más nosotros, un poco más mojados
Y aún no te he tocado.


Me detengo y te castigo con la mirada
A la par que te incorporas,
Mostrándome las curvas que morderé
Abriendo la caja de pandora

Víctima febril de tu movimiento acompasado
Y aún no te he tocado

A medio metro de tu ser
A medio metro, y aún no alcanzo tu boca
A pesar de que ya huele a ti, mujer
Y nuestro aliento ya se toca.

anido dentro de ti, en tus entrañas tatuado
Y aún, Y aún… no te he tocado.

1 comentario:

Mónica PG dijo...

Oooohh!! Pero qué gran descubrimiento! Me quedo aquí, entre tus versos, que sí que tocan las entrañas y son la mejor compañía para esta mañana de domingo. Lluviosa y fría.