miércoles, 31 de agosto de 2011

Drexler

Nació con alma de médico, como Ernesto, para sanar las heridas, las úlceras que avanzan necrosando aquello que no se mueve, que pretende latir por siempre en la misma posición, aquello que descansa en el mismo concepto de intimidad y voz desnuda remando sola y sorda, en un mundo nuevo y a la vez resabiado.

Nació con alma de médico, como Ernesto, para inventar un injerto que de nuevo diera movilidad a sonidos maniatados, arpegios revenidos que acolchan los mismos mensajes de hace ya 50 años. Un injerto con el que introdujo el Siglo XXI  a golpe de electrónica y de sonidos extraviados. 

Nació con alma de médico, como Ernesto, para cambiar los hábitos nocivos de aquellos craedores que reclaman revoluciones en el mundo y lideran el estancamiento de un estilo.

Nació con alma de médico, como Ernesto, para detener la enfermedad autoinmune de la canción protesta condenada a morir con la generación que la escuchó.


Nació con el alma libre, como Ernesto, para hacerle susurrar a su voz aquello que grita su sentir y su razón, mezclando ciencia y filosofía, amor y soledad con la magia del día a día.

Nació con el alma libre, como Ernesto, para que su cadencia en la melodía sonrojara contundente las vergüenzas de religiones, poderes y tiranías.

Nació para revolucionar la canción de autor como nació el Ché para reovlucionar el mundo con la luz de un camino mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desculpe por me expressar em minha língua natal, mas meu espanhol é péssimo. Conto com tua compreensão. Teu texto é fabuloso e muito apropriado sobre este que tem sido médico para minha alma há tanto. Obrigada por escrevê-lo e por compartilhar. Abraços brasileiros.

Alberto dijo...

Gracias a ti. Me gustaría poder expresarme en tu idioma pero a pesar de vivir tan cerca de Portugal no he conseguido aprenderlo. Encantado de verte por aquí. Un saludo