Aderezando el camino gotea el amor por nuestra vida,
armonizando el sibido del viento que despeina nuestra soledad,
saludando a los solitarios, sonriendo a los tristes, calentando a los frios.
Endulzando el cómodo barro donde retozamos con nuestra herida,
alzando la barbilla del afincado en la mediocridad,
reinventando calendarios, obviando a las misses, posicionando a los tibios.
Cálida luz que ahoga y oprime los pechos sin aire, las miradas grises.
Boleto premiado y compartido con sexo y besos con bises.
Tan de fulano como de marqués, del millonario y del miserable,
no habrá vivido aunque un día muera quien de su amor no hable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario