miércoles, 21 de octubre de 2009

Exilio Científico

Suelo sentirme orgulloso de nuestra nación, las cosas que me molestan normalmente se pueden extrapolar a todos los pueblos, son propias de todos como seres humanos (nos queda mucho por evolucionar). Pero en este caso no tenemos excusa, somos los españoles los que no damos valía a quién la tiene, los que no apoyamos a quién tiene capacidades y méritos, los que no aplaudimos sino que exiliamos a quienes hacen crecer la humanidad, a los verdaderos responsables de los avances; nos preocupan mucho más las reflexiones de Belén Esteban. Ahí van un par de ejemplos de como desperdiciar la sabia. Y no todo es historico eh! Ignacio Cirac vive, eso sí, en Alemania.

Siglo XV – Abraham Zacuto

Astrónomo Judeo-español nacido en Salamanca que tuvo que abandonar el país cuando los Reyes Católicos expulsaron a los judíos. Encontró refugio en Portugal, donde fue nombrado Astrónomo Real por el rey Juan II.

Siglo XVI – Miguel Servet
Científico español formado en Fracia y Centroeuropa. Descubridor del sistema de circulación sanguínea. Tuvo problemas con la inquisición española y se hizo llamar Michel de Villeneuve para escapar de sus garras.

Siglo XVII – Juan Caramuel
Científico español superdotado que componía tablas astronómicas a los 12 años. Doctorado en teología en Bélgica, viajó por Praga, Escocia y Bohemia antes de acabar sus días en Roma.

Siglo XVIII – Jorge Juan
Científico español que participó en expediciones organizadas por la Real Academia de Ciencias de París. Disgustado por el estado de la flota española se fue a Inglaterra para aprender nuevas técnicas e intentar modernizarla.

Siglo XIX – Agustín de Betancourt
Científico español formado en la École nationale des ponts et chaussées (Escuela Nacional de Puentes y Carreteras). Viajó a Inglaterra a copiar los diseños de James Watt. Como en el extranjero reconocían (y recompensaban económicamente) mejor su talento, terminó sus días en Rusia trabajando para el zar Alejandro I.

Siglo XX – Severo Ochoa
Científico español que trabajó en varios laboratorios de Europa (Berlín, Londres, Oxford) antes de dar el salto a Estados Unidos poco después de inciada la guerra civil española. Trabajó en la Universidad de Nueva York y en 1956 obtuvo la nacionalidad estadounidense. En el año 1959 recibe el Premio Nóbel de Medicina por sus trabajos en síntesis de ARN. A todos los efectos, su premio Nóbel cuenta en el casillero estadounidense y no español.

Siglo XXI – Ignacio Cirac
Considerado uno de los padres de la computación cuántica y uno de los físicos jóvenes más respetados del mundo, dirige desde el 2001, la División Teórica del Instituto Max-Planck para la Óptica Cuántica, en Garching, Alemania. Su nombre suena cada vez con más fuerza como futuro galardonado con el Premio Nóbel de Física.


via Maikelnais

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